Caminante, se hace camino al andar
Este fin de semana he empezado a caminar, no, no hablo de “caminar” del parking a la oficina, hablo de andar, de dedicar un tiempo a caminar, si se puede, a un buen ritmo, Walking lo llaman algunos.
Lejos de poder hacer running por prescripción médica, caminar a un buen ritmo se esta poniendo de moda nuevamente ya que implica menos lesiones y los beneficios para el organismo son muchos y variados.
Si tienes problemas de espalda, realizar running puede causarte más problemas debido al golpeo de nuestros pies en el suelo, las vértebras y nuestra columna se pueden llegar a resentir y si ya tenemos algún diagnóstico de malestar en esa zona, esta se puede complicar.
Caminar se está volviendo a convertir en el deporte para todos los públicos, algo que pueden realizar todo tipo de personas; jóvenes, menos jóvenes y más mayores, delgadas, obesas, con dolor de espalda, personas que no están acostumbradas a realizar deporte, personas que necesitan el deporte como terapia pero que no pueden realizar grandes esfuerzos.
Como comentaba al principio de este artículo, he empezado a caminar, de forma ligera, sin llegar a correr, a un buen ritmo y entre 30 y 45 minutos, un ejercicio diario.
El motivo es el de la prevención ya que mi trabajo me tiene sentado en una butaca frente al ordenador prácticamente todo el día y esto ha echo que con el tiempo mi zona lumbar y mi espalda se resientan, en general sufren de gran dolor por esta inactividad.
Mi asombro vino cuando tras consultar a varias doctoras, ambas me comentaron que lo mejor que podía hacer era caminar, -"caminar deprisa" pero caminar, nada de running en mi caso. Que yo no practique running no quiere decir que sea malo para otras personas.
En esa conversación me comentaron que caminar aporta grandes beneficios a la salud, como otros muchos deportes, pero que en mi caso debía empezar por caminar y que esto me aportaría grandes beneficios en un corto periodo de tiempo.
Durante la actividad de caminar nuestras células consumen azúcar y esto hace que los depósitos de azúcar mengüen en nuestro organismo.
Este ejercicio obliga a los músculos de las piernas a trabajar y esto los tonifica, los engrasa, dándoles fortaleza y una agradable sensación de bienestar.
Algo que yo no me había planteado es que el movimiento de caminar favorece la movilidad intestinal por lo que en esta situación se reduce el estreñimiento.
Cuando realizamos cualquier ejercicio deportivo nuestro cerebro libera endorfinas, si, esas a las que llaman las “hormonas de la felicidad”, con lo que caminar nos ayuda a pensar y meditar con mayor claridad.
Regula el peso, fortalece los huesos, reduce los dolores musculares y articulares, mejora la calidad del sueño y una de las cosas más importantes, el deporte en general protege nuestra salud cardiovascular con lo que nuestra vida se verá prolongada.
Es que no puedo nadar, no puedo montar en bici, no me gusta correr, odio el tenis y el paddel me destroza…, pues camina, aunque sean 30 minutos al día a un buen ritmo, al que tu puedas soportar, pero camina, muévete …, si yo he visto los resultados con tan solo una sesión de 30 minutos a ti te pasará lo mimo, ánimo, ponte un calzado cómodo y vamos, a la calle a caminar…, ya me contarás.
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