Día de la Tierra
Muchos de nosotros nos levantaremos hoy para ir a trabajar, otros seguirán de puente de Semana Santa, en cualquier caso, todos inmersos en nuestro día a día, nuestras familias, trabajos, hipotecas y problemas muy variados, y seguramente para la gran mayoría un día más que pasará desapercibido, casi un día monótono o pasivo, además de lunes.
Hoy es 22 de Abril, proclamado Día Internacional de la Tierra y es celebrado en muchos países.
Promovido por el senador y activista medioambiental estadounidense Gaylord Nelson en el año 1970, instauró este día para rendir homenaje a nuestro planeta y reconocer a la Tierra como nuestro hogar y madre, al igual que otras muchas culturas y civilizaciones hicieron bastante antes que nuestra generación y sociedad actual.
Dos años después se celebró la primera conferencia en Estocolmo con objeto de sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas medioambientales.
Han pasado casi 50 años desde aquella fecha y aunque tenemos un Día de la Tierra pocas cosas han cambiado, aunque bien pensado algo si ha sucedido.
El hombre, la clase política, los lobbies financieros incluso nosotros mismos hemos colaborado de una u otra manera en que el planeta esté peor que nunca.
Los científicos más optimistas creen que a partir del año 2050 los daños causados al planeta serán ya irreversibles.
La Tierra es un planeta del sistema solar que gira alrededor de su estrella, el Sol y se formó hace unos 4600 millones de años, el único habitado que sepamos hasta hoy día.
Es el hogar de cientos de millones de especies, entre la que se encuentra el hombre.
Sus propiedades físicas son tan extraordinarias que permitió que la vida se desarrollara y que siga existiendo a día de hoy.
Un planeta extraordinario, una joya del universo formada por un equilibrio perfecto de superficie terrestre y acuosa, lo que permite que exista una gran biodiversidad de especies.
Este mismo planeta nos aporta minerales, productos y recursos alimenticios para sostener a toda la población humana mundial.
Hoy día existe un gran consenso científico que vincula las actividades humanas con el calentamiento global debido, entre otras causas, a las emisiones industriales de dióxido de carbono el cual nos llevará a que se produzcan cambios tales como el derretimiento de los glaciares y superficies heladas, temperaturas máximas más extremas, cambios en el clima y un aumento del nivel del mar.
En el año 2012, 7000 millones de humanos poblábamos el planeta y se estima que lleguemos a los 9.500 millones para el 2050.
Esta población está repartida en su mayor parte en zonas costeras y entre los 209 estados soberanos, 59 territorios independientes y otras áreas en disputa desde hace décadas.
Lamentablemente el planeta Tierra, por ahora, no tiene un gobierno global que la represente aunque si un organismo oficial, la ONU (Organización Mundial de las Naciones Unidas) al que están “suscritos” 192 estados y cuyo objetivo es el de intervenir en disputas entre naciones a fin de evitar conflictos armados, se supone que es algo parecido a un foro para la diplomacia y el derecho internacional. Sin embargo no es un gobierno mundial y poco efecto ha tenido visto lo visto hasta la fecha.
En nuestro planeta se tienen tantas creencias como grupos raciales existen, aportando una cultura rica y diversa cada cual en su zona, aunque siempre han existido grupos con un mayor poder o influencia y que han colaborado en la explotación o exterminio de otros seres de su misma condición, cosa que poco tiene de humano.
Por no ser suficiente, el ser humano no estando conforme en exterminarse a sí mismo ha colaborado directamente en que cientos de miles de especies, por causas directas o indirectas, acabaran desapareciendo del planeta.
El historiador Yuval Noah comenta que “muchos estudiosos intentan predecir que aspecto tendrá el mundo en el año 2100, pero es una pérdida de tiempo ya que cualquier predicción que valga la pena ha de tener en cuenta la capacidad de remodelar la mente humana y eso es imposible”.
Según los grandes entendidos en el tema, en la historia de la humanidad han habido tres grandes revoluciones que marcaron nuestro rumbo como especie; hace 70.000 años con la revolución cognitiva, hace 12.000 años en la cual nos hicimos los amos de la tierra dejando de ser cazadores-recolectores, aunque lo seguimos siendo de alguna manera y hace 5 siglos con la revolución científica e industrial.
Hoy muchos de esos entendidos creen que el futuro de la humanidad no pase de los próximos 30 o 50 años y no solo eso, el 85% de las aves, el 65% de los anfibios y el 70% de los corales están ya en peligro de extinción debido al cambio climático, una causa que el hombre en raras ocasiones reconoce.
Son datos que grandes organizaciones han quitado de sus “hojas de ruta” por razones que todo podemos llegar a imaginar a estas alturas.
“Nos encontramos en la sexta gran extinción de especies terrestres y si las cinco primeras se podían atribuir a causas naturales, esta sería por causa de los humanos, su expansión y colonización de un planeta que no le pertenece”.
Los gases de efecto invernadero, las emisiones de CO2, la deforestación, la contaminación de los mares y los ríos, las especies que desaparecen cada día en nuestro planeta, incluso la desaparición de las abejas, son solo algunas de las causas de que nuestro planeta entre en fase “ruina” en pocos años.
El crecimiento del mismo consumo de agua se ha vuelto en contra nuestro desembocando en guerras no declaradas por el control de la misma, el consumo de gas natural, de los combustibles fósiles a los cuales no hemos querido o no hemos podido sustituir también colaboran a este empobrecimiento de la tierra.
Podríamos seguir escribiendo sobre estas cosas lo que resta de año, pero por el esfuerzo y concienciación de muchas personas aún tenemos algo de esperanza.
Hay cientos sino miles de personas que a nivel local o internacional, desconocidos o famosos que se hace eco del problema al que nos enfrentamos, personas como el naturalista David Attenborough, Leonardo Di Caprio, Al Gore, y muchos otros activistas y organizaciones no gubernamentales luchan por y para la naturaleza y nos avisan continuamente de que “lo que hagamos en los próximos 20 años determinará el futuro de toda la vida en la tierra”.
Ante toda esta devastación surge una pregunta; ¿qué podemos hacer nosotros, a nivel “individuo”?.
Hay muchas pequeñas cosas que podemos hacer personalmente, hay otras que son complicadas de cambiar, por no decir imposibles en nuestra sociedad actual, pero otras son más sencillas.
Por ejemplo:
- Podemos tener varios recipientes para reciclar en casa.
- Buscar una alternativa al transporte como el uso de bicicletas dentro de las ciudades.
- Si tomamos la decisión de comprar un vehículo revisemos antes cual es su impacto climático en emisiones de Co2.
- Una opción son los crecientes vehículos eléctricos.
- En algunos países Europeos se comparte vehículo de manera cotidiana hasta tal punto que se ha convertido en algo muy normal.
- Generar nuestra propia energía en nuestros hogares para nuestra autonomía energética.
- Utilizar termostatos en nuestras casas para mantener un consumo de energía razonable.
- Reciclar aquellos objetos o envases que no se degradan ecológicamente.
- Evitar el consumo de agua desenfrenado, evitar su derroche, por ejemplo con electrodomésticos tipo lavavajillas.
- Utilizar iluminación tipo led, son un poco más caras pero su impacto energético a corto plazo se nota mucho.
Todas estas son pequeñas acciones que a nuestro nivel van a ayudar a nuestro planeta a que no sufra tanto como hasta ahora, que la arrogancia del hombre deje de pensar en que controla la naturaleza porque es todo lo contrario y de vez en cuando nos lo demuestra.
Hoy, para muchos de nosotros, este día pasará sin pena ni gloria, inmersos en nuestras vidas, problemas o alegrías, sin pensar ni por un momento en detenernos un instante en pensar el rumbo de desolación que llevará a nuestra Tierra a un desenlace poco agradable.
Seguiremos con nuestras vidas rutinarias intentando sobrevivir en una sistema abocado al desastre…, y no somos pesimistas, como decía un científico en un cumbre climática internacional, “la realidad es evidente a los ojos y sucede, el pesimismo podemos meterlo en una carpeta y guardarlo en un cajón para no verlo.”
“…, el mar, el gran unificador, es la única esperanza del hombre. Ahora, como nunca antes, la vieja frase tiene un sentido literal ya que todos estamos en el mismo barco.”
Jacques-Yves Cousteau
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