Si estás triste, permítetelo, no pasa nada.
Vamos a empezar bien la temporada…, en el artículo de hoy puede suscitar cierta controversia en algunos círculos o personas, hoy vamos ha hacer algo que pocas veces han hecho contigo, si es que lo han hecho alguna vez y es regalarte los oídos…, si es que no, es que no.
Vivimos en la década dorada de las redes sociales, donde estamos acostumbrados a ver a personas viviendo vidas idílicas, en paraísos terrenales, con casas de sueño y vehículos de precios obscenos…, y en las que en muchas ocasiones no paramos de escuchar a charlatanes diciendo que si estás triste es por tu culpa y que si la vida te trae desgracias es porque las has llamado o que para tener el amor verdadero hay que desearlo, etc etc…, (bueno, entendemos que sólo hay una clase de amor, no hace falta añadirle el “verdadero” al final, o es amor o no lo es).
…, pero tranquilos, os pase lo que os pase, os traiga la vida lo que os traiga tenéis de poner buena cara, porque sino seremos objeto de todo tipo de comentarios; es un negativo por eso le ha pasado lo que le ha pasado, es un flojo, carece de personalidad, si sonriera más y tuviera otra actitud la vida le traería cosas buenas…, es un triste, porque está siempre triste, si quisiera soñarlo se haría realidad, si quiere hacerlo lo haría y sería más feliz…, si, y tendríamos un chalet en Marte.
Pues no queridos amigos, no es malo estar triste, no es malo estar deprimido y no es culpa nuestra muchos de los problemas que nos acarrea la vida, no hay que salir si no nos apetece, ni reír si no tenemos ganas…, hay estudios recientes que indican esta situación y la llaman “optimismo mal entendido”, en el que todo el planeta se obstina en decirnos lo que tenemos que hacer para salir de ese estado que hay que superar cuanto antes…, NO pasa nada por estar enfadado alguna vez, o estar triste o deprimido o de morros o no querer salir con los amigos, absolutamente nada, estos son mecanismos que si sabemos controlar debidamente harán que nos adaptemos mejor a nuestras vidas, la real, no las que vemos en redes sociales.
Bárbara Ehrenreich ha escrito ríos de tinta sobre este asunto al que llama “La trampa del pensamiento positivo”, en esta trampa nos intentan engañar, nos dejamos engañar y nos engañamos a nosotros mismos ya que no nos enfrentamos a ciertos problemas y no hace falta tener estudios superiores para saber que evitar los problemas mirando a otros lado no soluciona nada.
Otra cosa muy diferente es saber controlar, aprender y gestionar los problemas y las emociones y ser consecuente con lo que está ocurriendo, ser consecuente con aquello a lo que nos estamos enfrentando.
Lo que acabamos de describir en estas líneas no tiene nada que ver, ni sustituye, ni le quita hierro a las patologías que sufren muchas personas que sufren de estados depresivos profundos o desórdenes mentales, nada tiene que ver con personas enfermas, no son temas compatibles que se deban tratar a la ligera, en este artículo hablamos de otras situaciones.
Comparte: