Sobrevivir al verano, al calor y sin aire acondicionado
Para algunos de nosotros es inconcebible poder ir a la playa, tomar el sol, estar en lugares públicos al aire libre, incluidas las tan deseadas “terracitas” de verano, nos es muy complicado llevar una vida aparentemente normal en los meses de verano ya que nuestra salud se ve seriamente perjudicada por el exceso de calor.
Una situación que la gran mayoría de las personas tolera en mayor o menor medida para otras puede ser causa de enfermedad o empeoramiento de alguna patología crónica y además tenemos que regular nuestra temperatura corporal regulando la temperatura ambiente, la que nos rodea.
Para algunas personas es prácticamente imposible vivir en verano sin aire acondicionado, una necesidad que hoy en día podríamos decir que es básica y natural pero que no siempre está a nuestra disposición por diversas causas, generalmente económicas.
Si no podemos contar con aire acondicionado hay alternativas que pueden reducir la sensación de calor considerablemente.
Tener o poner toldos, en ventanas reduce considerablemente la necesidad de utilizar el aire acondicionado, en algunos casos hasta un 70%.
Hoy día disponemos en el mercado de diversos materiales que ayudan en gran manera a reducir por medio de toldos la temperatura interior en nuestro hogar unos 10ª.
Otro de los métodos que podemos utilizar son los ventiladores de toda la vida, pero hay que ser coherente con el espacio en que colocaremos el ventilador, si el recinto donde colocaremos el ventilador es de dimensiones grandes deberíamos poner un ventilador grande, con algo de potencia y preferiblemente los ventiladores de torre ya que su alcance es mayor que los ventiladores de suelo.
Las ventanas y su estanqueidad también juegan un factor importante a la hora de dejar entrar no tan sólo los rayos solares sino el aire excesivamente caliente que puede entrar en el recinto.
Recientemente un amigo y conocido de la empresa - y este es un caso real pese a lo gracioso del experimento - nos comentaba lo siguiente;
“…, yo dispongo de aire acondicionado centralizado en mi apartamento, pero llego a mi domicilio después de trabajar sobre las ocho de la tarde-noche y me encuentro que mi apartamento está literalmente cocido y aunque enciendo el aire acondicionado, este tarda cierto tiempo en enfriar las estancias con el consecuente gasto de electricidad.
Al no tener permiso para poner toldos en la ventanas decidí comprar los típico parasoles de “espejo-aluminio” que se suelen colocar en las lunetas de los vehículos y los coloqué por dentro de las ventanas cogidos con puntos de velcro adhesivo, así los puedo poner y quitar con facilidad y una vez plegados no ocupan espacio”.
Pues bien, el resultado de esta aparentemente cómica o para algunos “cutre” situación, dio como resultado un descenso de entre 10º y 15º en la temperatura ambiente del apartamento.
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